Solidaridad Espasmódica o Proyecto Solidario

Muchas veces me he preguntado por qué habiendo miles de ONG´s siempre hay lugar para una más. Nunca alcanza la ayuda? Me inclino por dos tipos de respuesta. La más rápida y facilista, y no por eso irreal, es que cada vez hay más necesidades y no todas las ONG´s hacen lo que dicen que hacen. La segunda alternativa un poco más sesuda, y no por ello brillante, es lo que en España llaman Solidaridad Espasmódica. Los argentinos somos un ejemplo típico y no único de Solidaridad Espasmódica. Respondemos rápidamente a vaciar nuestros roperos de cosas que ya no usamos ante una inundación que tarda meses en bajar, evento que jamás seguiremos en el tiempo. Nunca vi una colecta para canalizar un arroyo que evite esa inundación. No descarto que esa solidaridad de emergencia que llega a las víctimas sirve y mucho, pero no soluciona nada en forma definitiva.
Cuando decidimos ayudar a chicos la visión debe ser a largo plazo, no podemos apelar a la solidaridad cómoda y sin grandes compromisos, también llamada caridad. La solidaridad bien entendida y no exhibicionista, a diferencia de la caridad, debe ser una responsabilidad compartida, una apuesta a futuro, si hay solidaridad socioeconómica eficaz y coordinada, se acaba eliminando la necesidad acuciante de la caridad. Sobre la base de ayudas espasmódicas es imposible crear proyectos sustentables en el tiempo y aquellos proyectos aplicados a comunidades infantiles no pueden ser cortoplacistas. La formación de un niño no dura una semana.

Las ONG´s no deberían tener como objetivo reemplazar la responsabilidad del Estado en la planificación y ejecución de proyectos a largo plazo porque de esa forma acaban siendo una herramienta más del sistema, terminan privatizando la justicia social y ayudando a perpetuar políticas generadoras de desigualdad. Muchas de las intervenciones sociales de las ONG´s evitan “explosiones sociales” y son de alguna forma e inevitablemente funcionales al Estado ineficiente.
Lo que creemos desde nuestro lugar y que no tiene discusión, es que el camino es el de la Educación, tema que nos desvía de tentaciones cortoplacistas, con la esperanza de que alguna vez logremos un Estado que haga que la existencia de La Doble Ayuda sea innecesaria.
Gustavo Pintos

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